Allan Jiménez Ardón

“Por más de 3 años tuve muchos problemas para poder conciliar el sueño. Coincidió con la detección de una cardiopatía sumado a un evento cardiaco serio y posteriormente a un aumento de peso, todo se conjugó en poco tiempo para luego tener como consecuencia muchos problemas para poder descansar.

En mi apasionante trabajo, me cansaba mucho en el transcurso del día, llegaba agotado a la casa y fueron hasta motivo de chiste mis “siestas nocturnas” que comentaba con mis compañeros, como las llamaba yo, entre las 6 pm y las 9 pm en mi casa de lunes a viernes, luego me reactivaba y hacía algunas cosas del trabajo o de la casa y nuevamente me daba sueño. Desconocía totalmente lo que me estaba pasando, me levantaba 4 a 5 veces en la madrugada para ir a orinar porque no aguantaba las ganas, en las mañanas me despertaba cansado, sentía claramente que no descansaba, el trabajo me reactivaba “a la fuerza” pero me mantenía cansado y ojerozo. Dos veces me quedé dormido en auditorios escuchando conferencias y me despertaba un fuerte ronquido que evidentemente me incomodaba con los demás presentes, esas dos experiencias fueron realmente avergonzantes.

En una cita control con mi médico internista, él tuvo la agudeza de ver mi semblante agotado y mi cuello expandido, supongo notó que algo no estaba bien. Ese día asistí a la cita con mi esposa, el médico le consultó si yo dormía bien y si roncaba. Ella le respondió que yo no dormía bien, que sí roncaba mucho y muy raro. Mi esposa le contó que ella tampoco dormía bien por lo escandalosos de mis ronquidos. Ya las consecuencias de mi problema se expandían a mi familia porque hasta mis hijos me escuchaban roncar de esa manera tan extraña y hasta cierto punto preocupante. No me puedo imaginar cuántas noches durmieron mal por esta razón. El médico me dijo que existía la posibilidad de que pudiera padecer lo que se llama “Apnea del Sueño”; primera vez que escuchaba semejante palabra. Me aconsejó ir a la Clínica del Sueño de la Dra. Lilliana Estrada pero no atendí la recomendación de manera inmediata porque a pesar de las recomendaciones, en ocasiones uno tiende a posponer las cosas.

Esa decisión de postergar pudo tener mayores consecuencias hasta que una circunstancia me hizo reaccionar ahora sí a tiempo. El hecho que me encendió todas las alarmas fue cuando me quedé dormido en mi carro mientras hacía un alto de semáforo en una zona bastante transitada. Como sabía que eso podía pasar dado mi estado de agotamiento, en todos los altos de semáforo ponía el freno de mano. El conductor de atrás con un pitazo fue el que me despertó, fueron segundos quizás los que estuve totalmente dormido y lo peor, no me di cuenta. Por supuesto saqué cita inmediatamente porque entré en razón que no solo estaba exponiendo mi vida en un accidente, exponía a mi familia y por qué no, exponía la vida de otro conductor.

Ya en cita, la Dra. Estrada me entrevistó y no dudó en hacerme un estudio porque evidentemente mostraba todas las condiciones de tener un serio trastorno del sueño. Me hicieron el estudio (polisomnografía) y me fue fatal, los resultados fueron sencillamente preocupantes por tener también la condición de cardiópata, hipertenso y con sobrepeso. Me llegaron a detectar 80 apneas por hora. Era una bomba de tiempo para un segundo evento cardiaco. Efectivamente el estudio demostró que padezco de Apnea Obstructiva del Sueño del Adulto Severa. La Dra Estrada me recomendó adquirir el CPAP y este aparato cambio mi vida.

Luego de primera noche que lo usé, sin mentir y que no suene a fantasía, desperté como si hubiera vuelto a nacer. Probablemente en esa primera noche de sueño profundo y placentero, descargué todo el cansancio acumulado. Con los días seguí durmiendo aun mejor y puedo decir ya que el CPAP es fundamental en mi vida. No hay día que no lo use, se acabaron mis “siestas nocturnas” y tengo un patrón normal de sueño. Ya mi esposa también descansa placenteramente porque la dejo dormir, ya no sufre con mis ronquidos escandalosos y extraños. Tengo 8 meses de usar ininterrumpidamente el CPAP y soy otra persona, ahora más atento a las cosas, alerta, he reforzado la capacidad analítica, el discernimiento, el manejo de situaciones ha sido mucho mejor, estoy más animado, alegre y por supuesto ya no voy al baño en las madrugadas. De acuerdo a la Dra. Estrada, hay una estrecha relación entre las apneas y el llenado de la vejiga, despertarse para ir al baño es el mecanismo por el cual el cuerpo reacciona para evitar las apneas.

Impresionante que toda mi mejora ha sido gracias a que duermo muy bien. Esa sabia observación de mi médico internista, su recomendación de ir con la Dra. Estrada, que ella diera con el problema y que su solución fuera la correcta, es algo que valoraré de por vida. Mi profundo agradecimiento a la Dra. Estrada ya que por su diagnóstico, tratamiento, seguimiento y por sobre todo, su trato amable y profesional, ha logrado que tenga una calidad de sueño inmejorable que ha redundado en una evidente mejora también en mi calidad de vida. Su equipo de trabajo en SleepMed es excepcional.”