Parasomnias

Una parasomnia es cualquier alteración del comportamiento que se presente mientras estamos dormidos.  Pueden presentarse en diferentes fases del sueño, y pueden presentarse desde un simple “hablar dormido”, hasta deambular, actuar los sueños o iniciar conductas sexuales o violentas, entre otras.  Entre ellas tenemos:

1-Trastornos del despertar:

Este  trastorno es el más frecuente de las parasomnias, están presentes en el 4 % de los adultos y en el 17% de los niños:

-Sonambulismo

Lo presenta el 15% de las personas en edades comprendidas entre los 3 y los 15 años.  El 60% de los niños sonámbulos presentan antecedentes familiares de sonambulismo en padres y hermanos. El episodio suele ocurrir en la primera parte de la noche y tiene una duración variable. El comportamiento puede variar desde algunos automatismos simples,  hasta comportamientos mas complejos como deambular por una habitación, caminando con los ojos abiertos, la mirada fija, las pupilas dilatadas, evitando o no los objetos que encuentra en su camino o tropezando.  Otras veces finaliza una acción emprendida (aseo personal, vestirse e incluso salir de casa).  Por lo general “el sonámbulo” no reacciona a las intervenciones de quienes le observan y el episodio concluye con un sueño tranquilo.  A la mañana siguiente no tiene ningún recuerdo de lo acontecido durante el sueño.

La polisomnografía, unida al registro en vídeo, demuestra que el episodio de sonambulismo se da durante las fases del sueño NREM (no REM), además ayuda a determinar si el trastorno del comportamiento esta siendo provocado por el trastorno del sueño o por brotes de actividad cerebral anormal, así como puede determinar eventos de simulación.

-Terrores nocturnos o “pavor nocturno”

Presente 1 a 5% en niños en edad escolar. Es muy típico que inicie entre los 3 ó 4 años aunque se pueden presentar a una edad mas tardía.
Los episodios nocturnos suelen ser estereotipados (parecidos siempre) y se manifiestan en el primer ciclo de sueño (fase NREM).  El niño, que duerme apaciblemente, se agita bruscamente, se sienta en la cama, grita, parece aterrorizado, desorientado, y no reconoce a las personas que le rodean.  Si se despierta, no puede decir lo que le pasa debido a su confusión.  Una vez pasada la crisis, el niño se duerme tranquilamente y a la mañana siguiente no tiene recuerdo de lo sucedido.  El sueño nocturno aparece perturbado en calidad y cantidad de horas, lo que tiene trascendencia sobre el cansancio al dia siguiente sobre todo si los terrores se repiten con cierta frecuencia en una misma noche.  Los terrores nocturnos en el niño pueden aparecer de forma espontánea o ser provocados por diversos estímulos:  ruidos, cambio forzado de postura en la cama, etc.

La polisomnografía y el registro en vídeo, demuestran que los terrores nocturnos acontecen durante las fases 3 y 4 del primer ciclo de sueño NREM.  En algunos casos resulta necesario establecer un diagnóstico diferencial con crisis epilépticas del lóbulo temporal debido a que la  clínica es semejante.


1-b) Trastornos del la transición sueño-vigilia

Se ponen de manifiesto durante el periodo del adormecimiento y/o el despertar.

Movimientos rítmicos del sueño

Algunos niños efectúan movimientos automáticos de mecimiento para conciliar el sueño o durante el mismo.  Suelen iniciarse hacia los 9 meses y raramente persisten más allá de los 2 años.   Pueden presentar movimientos de la cabeza, del tranco o de la cadera.

En la polisomnografía los episodios se caracterizan por ondas de gran amplitud lo cual representa un artefacto asociado al movimiento más que una alteración subyacente de la actividad cerebral.

Generalmente afecta a niños  sanos pero debe hacerse el diagnóstico diferencial con:
autismo, quienes también presentan este tipo de movimientos durante el día y la noche.
Después de los 6 años,  los casos  deberían ser estudiados ya que hasta este momento generalmente no se precisa tratamiento específico.

Somniloquia

Se refiere al hablar durante el sueño, se considera un fenómeno normal que puede darse en la población general a cualquier edad de la vida.  Afecta al 15 % de los niños.

Como la mayor parte de las parasomnias puede tener un origen genético. Pueden llegar a ser intensos con gritos, llanto, risa o comentarios sin importancia hasta verdaderos discursos. La somniloquia se observa tanto en sueño REM como en sueño NREM y no afecta  la estructura del sueño salvo por un breve despertar. Puede asociarse con otras parasomnias y no requiere ni investigación clínica ni tratamiento específico.


1-c) Parasomnias asociadas al sueño REM

En la fase de sueño REM o sueño paradójico se produce la actividad onírica clásica, o sea producción de sueños o “ensoñaciones”.  Esta fase predomina en la última parte de la noche cuando los sueños son más abundantes.

Trastorno del Comportamiento del sueño REM

Durante el sueño REM hay pérdida del tono muscular, esto hace que no podamos correr, caminar, golpear durante el sueño.  En el trastorno del comportamiento del sueño REM, el tono muscular no se pierde del todo, o se activa de forma intermitente permitiendo entonces la actuación del sueño, que puede asociar conductas agresivas, cargadas de emociones,  e incluso de carácter sexual.  Este tipo de alteraciones del sueño esta presente en situaciones de estrés, privación de sueño crónica, enfermedades neurológicas degenerativas (Enfermedad de Alzheimer y Parkinson), entre otros.

En algunos casos es preciso hacer un diagnóstico diferencial con crisis epilépticas psicomotoras (que afectan al lóbulo temporal) y con trastornos psiquiátricos.

 

Pesadillas

Las pesadillas corresponden a ensoñaciones (sueños) cargados de emociones negativas: frustración, temor, angustia o persecución.  Suelen confundirse con los terrores nocturnos. La diferencia esta en que las pesadillas se manifiestan en fase de sueño REM y en que en ellas normalmente la persona se despierta relatando con detalle y de forma estructurada el contenido de sus sueños angustiosos.

Entre el 10 y el 50 % de los niños de tres a cinco años tienen pesadillas.   Las pesadillas son especialmente frecuentes entre el sexo femenino  aunque su mayor incidencia es en la “edad de los miedos” , entre los cuatro y los ocho años.  Pueden estar relacionados a síndrome de estrés postraumático, ansiedad, trastornos depresivos, así como a ciertos medicamentos.

Generalmente no precisan tratamiento, sin embargo en pacientes algo mayores con pesadillas recurrentes muy intensas la combinación de terapia conductual y medicación supresora del REM puede ser gran de utilidad.

Parálisis de sueño

Sensación angustian que se presenta en la transición del sueño a la vigilia o sea durante el despertar, en la cual el individuo siente que ya está despierto pero se encuentra encerrado en un cuerpo aún dormido o paralizado, intenta gritar o hablar pero su cuerpo no responde.  Es una situación muy desesperante para el paciente a pesar de que su duración es muy corta.

Este tipo de desorden está relacionado a privación crónica del sueño, narcolepsia, entre otros.

Enuresis

Desde el punto de vista de la medicina del sueño hay varios factores que favorecen la enuresis (orinarse involuntariamente):  a) Un alto umbral de arousal (dificultad para el despertar), b) poliuria nocturna (producción de orina alta), c) hiperactividad nocturna del músculo detrusor.
En niños con alteración respiratoria durante el sueño ( suma de episodios de apneas obstructivas e hipoapneas obstructivas por hora de sueño)  puede ser debido a los efectos de la apnea del sueño sobre la respuesta de arousal, la presión en la vejiga o la secreción urinaria, mientras que en los adultos se incrementa la frecuencia urinaria.


Otros trastornos del sueño

Características de sospecha de crisis epilépticas durante el sueño:

  • 1- Ataques breves, relativamente estereotipados (siempre con características similares)
  • 2- Se produce un despertar
  • 3- Se producen posturas distónicas o automatismos complejos. (movimientos repetitivas)
  • 4- Ocurren en cualquier momento de la noche, de predominio en fase NREM o asociado al despertar
  • 5- Se inician en la infancia tardía o edad adulta y tienden a mantenerse
  • 6- No responden a benzodiacepinas o antidepresivos tricíclicos

Como pruebas complementarias se necesitan:

– Video recogido por los padres.

– Polisomnografía o videopolisomnografía: Si es necesario un diagnostico diferencial.

– Electroencefalograma

– TAC y/o resonancia magnética nuclear